Con la evolución de la ortodoncia entró en juego otra denominación, ortopedia, que hace referencia al niño, puesto que los tratamientos ortodónticos se realizan preferentemente en la niñez (aunque esta premisa ha evolucionado hasta la actualidad en que hay un número igual de tratamientos ortodónticos de niños y adultos).
El concepto de ortodoncia dental y el de ortopedia son términos paralelos que se aplican a una especialidad inicialmente dental, pero que también se ocupa de la modificación de los maxilares como base de la implantación dentaria.
Ante la irregularidad dental, por la compresión y el apiñamiento dental es necesario en el plan de tratamiento de ortopedia, ensanchar los maxilares estimulando su crecimiento para disponer de suficiente sitio para alinear los dientes de los pacientes.
Las correcciones ortopédicas potencian la exigencia de conocer cómo evaluar los maxilares con el fin de guiar terapéuticamente el crecimiento óseo y la erupción dental a fin de evitar intervenciones quirúrgicas posteriores.
El método de la ortopedia consiste en la utilización de aparatos bucales de uso frecuente, normalmente removibles que guían el desarrollo óseo y dental del paciente.